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La revolución de las "pixzas"

  • Por Danielle Harumi ♥
  • 19 abr 2016
  • 3 Min. de lectura

Originaria de Italia, para ser más precisos, de Nápoles, la pizza es un icono de la tradición culinaria de esas tierras europeas, y hoy en el mundo marca tendencia como un modelo de negocio redituable. Pero ese mismo auge ha traído la creación de infinidad de restaurantes del ramo y, por tanto, la competencia es cada vez más reñida, con pizzas que van de lo clásico a lo más bizarro.


¿Cómo competir, entonces, en tan reñido mercado? ¿Cómo crear un producto innovador? Pues cuando parecía que ya todo estaba escrito en cuanto a las formas de preparar esta delicia gastronómica, apareció Pixza.


Alejandro Souza, creador de la primera pizza de masa azul a nivel mundial, nos cuenta sobre su proyecto:


“Para entender qué es Pixza necesitamos saber que es una plataforma de empoderamiento social disfrazado de pizzería, y que opera en tres mundos: la parte de empoderamiento social, la parte gastronómica y el modelo empresarial.”


La idea nació en un bar de Nueva York, donde Alejandro y un amigo platicaban que extrañaban los suculentos huaraches de La Marquesa (Estado de México), y, bueno, se dijeron, por qué no hacer una pizza de masa azul. Pero eso ya es historia, pues su idea es hoy una realidad que es resultado del talento emprendedor de un mexicano.


Antes de seguir con eso del empoderamiento social, te platico que cada rebanada de pixza es única e innovadora, sí, porque son de masa azul, y porque son elaboradas con suculencias típicas de la comida mexicana, como la pixza de tamal, la de chapulines, de tinga de conejo, cochinita pibil, chicharrón prensado, cecina enchilada, chorizo verde, chicharrón en salsa verde, chile poblano, de nopal, entre otras delicias de nuestra gastronomía.


La parte de empoderamiento social surge de hallazgos hechos por Alejandro a lo largo de su vida, de sus viajes alrededor del mundo y su trabajo en diversos programas de impacto social. Pixza es un proyecto revolucionado, que usa la fuerza del mercado para sostenerse, sin tener que depender de financiamiento externo. Así, a pesar de ser una empresa con apenas nueve meses de vida, es autosostenible.


Pero, ¿cómo que proyecto social, cómo que ayudan a la gente? ¡Ah!, pues por cada cinco rebanadas que venden, la sexta es asignada a una persona en situación de calle. Y ¿cómo llevan la cuenta? Por medio de un contador ubicado en la parte central de Pixza.


Las entregas son semanales y van acompañadas de una tarjeta en que los clientes tienen la oportunidad de obsequiar unas palabras a personas que no conocen pero que están apoyando.

Además de la ayuda alimentaria, a cada beneficiario se le entrega una pulsera con un impreso que dice: “La Ruta del Cambio”, para tener un registro de las personas que participan en el programa y ver cómo van progresando, bajo el lema: “Tú llegas tan lejos como tú quieras”.


Cuando el beneficiario recibe la quinta rebanada de pixza, comienza a realizar varios voluntariados, que consisten en que identifique el cambio que quiere lograr en su vida comprometiéndose consigo mismo.


Después tiene cinco “beneficios para rehumanizarse”: un baño, un corte de cabello, un examen psicométrico, una playera y un curso de habilidades de psicología positiva. Terminado este proceso, se le brinda una oferta laboral.


Así es como Pixza genera un verdadero cambio social rescatando gente en situación de calle, junto con sus clientes, claro, quienes viven la satisfacción de ayudar a los más necesitados mientras disfrutan de una deliciosa y extraordinaria pixza de masa azul, revolucionada y mexicanizada. “Con cada mordida haces un cambio por tu país.”


Foto: Danielle Harumi


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