Que se suicide el escuadrón
- Por Marco Castilla
- 13 ago 2016
- 3 Min. de lectura

Estamos en la época en que los 'superheroes' son un producto muy rentable y las prodcutoras de cine están aprovechando al máximo para darle un repunte a la industria y de paso llenar sus bolsillos. Uno podría pensar que con las nuevas tecnologías y con la experiencia que les da cada cinta podrían darle al espectador una experiencia cada vez mejor, tristemente siempre es lo contrario.
Este 5 de agosto llegó a las salas el ‘Escuadrón Suicida’ una película esperada por los fans de DC, la cual pintaba para ser la producción del año, en cuanto al género obviamente. Luego del enorme bombardeo en los medios y un sin fin de adelantos, lo que generó fue una expectativa mayor, lo que hace el descalabro mucho más notable.
Los primeros treinta minutos de la cinta son un tanto entretenidos, donde nos presentan con bombo y platillo a cada uno de los protagonistas de esta nueva aventura, que en realidad pareciera media hora de tráilers, lo que en mi humilde opinión me dejo una mala primera impresión, ya que son tantos los personajes que te presentan, que el tiempo es escaso y no logran darle el enfoque necesario a cada uno. Para las personas que la única referencia que tienen son las películas, creo que no les dan los antecedentes necesarios para identificarse en su totalidad con alguno.
Uno de los “aciertos” de la producción sin duda es el soundtrack, la selcción de canciones es sublime, pues logra engalanar momentos épicos del filme, pero esto también es un arma de doble filo, ya que la música llega a convertirse en un protagonista que logra distraerte de lo que tienes en pantalla.
La película cuenta con un buen diseño de producción, los efectos están bien logrados que por esa parte pasan la prueba sin problemas.
Uno de los principales problemas de la cinta es la fugaz aparición del Joker, con una actuación simplona, donde considero, que gran culpa de este desepcionante primer vistazo del personaje es la sobre explotación en muchos de los spots lanzados en medios, pues varias de las escenas jamás aparecieron en la película. Pero el pequeño guiño ‘Harley-Joker’,al bailar es una delicia.
Sin duda la solución recaía en los guionistas, pues la presencia del Joker fue forzada, la película hubiese corrido bien con o sin él. Si nos remontamos a historias como el cómic de, Batman: El asalto a Arkham, se puede justificar la manera en que el Joker y el hombre murcielago, quedan en segundo plano dentro de la cinta de escuadrón.
Dentro del reparto hubo pocos destellos, los personajes fueron mal aprovechados, dejándoles un breve repunte a finales del filme, Katana y Capitan Boomergan pudieron lograr mucho más, de Slipknot está de más dar un comentario; ¡es claro!, la película se la llevan Margot Robbie y Will Smith, el carisma natural de ella y el soporte que da Will generan una buena experiencia.
Mi cuestionamiento principal es, ¿Acaso es necesario la cursilería en los filmes? Y no solo en la absurda relación que nos muetran entre Quinn y el Joker, ¿Desde cuándo tanto amor y necesidad por Harlye?, ¡A otro perro con ese hueso! El punto es, la película se centra en un equipo lleno de delincuentes desquisados e inadaptados, en pocas palabras la peor escoria de la sociedad, cómo es que tan rápido pierden esa pose, al final se aman tanto que ¿son familia?, dan la cara unos por otros. En una trama de 90 minutos terminan siendo los mejores amigos, ¡caray!, se convierten en un heroe de tantos, pues resulta que los malos también tienen sentimientos, uno de los tantos clichés de Hollywood.
Al final termina como una película palomera, para pasar un buen rato pero nada extraordinario, donde el factor más destacado fue la publicidad.
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